De forma genérica, los niños suelen presentar unas condiciones físicas algo más vulnerables, siendo objetivos fáciles para infinidad de enfermedades o molestias que se presentan en su crecimiento. En el caso de la dentadura, esto tampoco es una excepción.
Entre los distintos malestares de boca que se pueden presentar, debemos prestarle especial atención a las caries, ya que se considera la enfermedad crónica más común durante la infancia. Es por ello, que es muy importante llevar a cabo cierto control respecto a la salud bucodental de nuestros hijos, si no queremos que sufran las consecuencias de su propagación.
A continuación, te damos una serie de datos y pautas a tener en cuenta, a la hora de detectar y prevenir la caries infantil.
La caries es una enfermedad de carácter transmisible e infeccioso, provocada por bacterias que alteran la condición de los dientes. Más específicamente se adhieren al esmalte dental ( zona externa del diente), produciendo ácidos como consecuencia de la metabolización de los azúcares de nuestra dieta. Esto se traduce en una desmineralización del diente que lo debilita y lo va picando con el paso del tiempo.
Si esto se produce antes de los 6 años de edad, se diagnostica como “ Caries de la primera infancia”.
Si no conoces muy bien sus síntomas de forma visible, a continuación te mostramos los más característicos:
Las caries no presentan sólo una causa perceptible, sino que la fuente infecciosa puede devenir por diversas vías. Por lo tanto, conocer todas las variables implicadas es lo más práctico si queremos prevenir o aminorar el daño en la dentadura.
Si sospechamos que nuestros hijos pueden estar sufriendo de caries, es de vital importancia actuar lo antes posible. Existen varias formas de tratamiento para eliminar o prevenir la propagación de estas pequeñas bacterias. Todo dependerá de la situación particular del paciente y lo que el dentista infantil recomiende.
En el caso de se considere necesario tratar a la pulpa dental (tejido nervioso de los dientes), se llevarán a cabo los siguientes métodos:
Los tratamiento de conductos se dan en caso de que las caries hayan penetrado de forma tan profunda que, finalmente, hayan conseguido afectar a la masa del tejido nervioso dentro de las piezas dentales. Por ello, para diagnosticar este alcance es necesaria la realización de radiografías.
Por último, debes saber que esta clase de operaciones son totalmente indoloras para los niños, ya que se emplea la anestesia local en todo su desarrollo.
A parte de las nombradas anteriormente, los profesionales nos pueden sugerir otra clase de remedios para combatir la caries de forma estructural.
En ocasiones se da el caso de que los peques muestren signos de necrosis pulpar a causa de las caries o por traumatismos, es decir, la muerte de la pulpa o del tejido nervioso del diente (raíces abiertas) que impide las operaciones previas. Por esta razón, se deben aplicar otras soluciones adaptadas a necesidades más peculiares. Las más comunes son las siguientes:
La selección de cualquiera de estas soluciones siempre será analizada por un especialista en odontología infantil. Si te preocupa alguna de las cuestiones mencionadas, no dudes en ponerte en contacto con nosotros para poder resolver tus dudas o plantearte el tratamiento más óptimo para tus hijos. Recuerda no esperar hasta el último momento, si quieres asegurar una recuperación amena y fácil para los más pequeños de la casa. Su sonrisa es lo más importante.