Hoy vamos a hablar de un problema muy habitual en la sociedad llamado bruxismo. Os contaremos no sólo qué es, sino además por qué viene dado, cuáles son algunos de sus síntomas y qué podemos hacer ante este mal tan común en la actualidad.
El bruxismo es algo que, además de ser más común de lo que podemos pensar (hasta un 20% de la sociedad lo padece), si no lo tratamos y prevenimos correctamente puede acarrearnos problemas graves a largo plazo. Por ello, presta atención a este artículo donde te informaremos sobre qué es y cuáles son sus remedios.
Llamamos Bruxismo al hecho de apretar o rechinar los dientes, casi siempre de forma inconsciente y mientras dormimos.
Podemos identificar este problema si, al despertar, notamos dolor en la cabeza, en la zona cervical o en los maxilares. No siempre es tan fácil de reconocer, y en ocasiones es necesario acudir a un profesional para obtener un diagnóstico preciso de lo que nos ocurre.
El bruxismo o rechinar de los dientes no se produce por hechos aislados, si no que más bien aparece a consecuencia de varios factores conjuntos. La causa más común de su aparición es un alto grado de estrés, así como ciertos trastornos del sueño relacionados con lo mismo.
Pero no todo tiene que ver con un factor psicológico, ya que es muy común que podamos sufrirlo también por maloclusión dental o una mordida incorrecta, o algún tipo de enfermedad neurodegenerativa. En este caso, es conveniente que consultes con un profesional lo antes posible.
En cuanto a la edad, no existe un patrón concreto sobre las personas que puedan padecerlo, pero lo más frecuente es sufrirlo durante la edad adulta, aunque esto no descarta que sea posible sufrirlo durante la niñez o la vejez.
A nivel físico los efectos del bruxismo son los propios del desgaste dental, pero además poniendo especial atención en la salud de nuestras encías. En la mayoría de los casos acabamos sufriendo de Anquilosis y su desaparición del ligamento periodontal. Esto significa que el diente queda prácticamente unido al hueso, dejando de tener flexibilidad, y es más susceptible de partirse.
Como en todo, los síntomas dependen de la gravedad en la que lo sufrimos, por eso es recomendable acudir al dentista.
El principal problema para la salud es el desgaste dental, que se traducirá en varios problemas de sensibilidad dental ante alimentos fríos, entre otros. Por otro lado, es muy normal sufrir dolores de cabeza, dolor de oído o diversos problemas cervicales y de mandíbula.
No debemos olvidar que, al someter el músculo a cierta tensión esto puede generarnos cierto estrés muscular provocando incomodidad continua.
Como siempre recomendamos, el mejor tratamiento es la prevención. De esta forma, podremos obtener un diagnóstico precoz para evitar el bruxismo y su consecuente desgaste dental.
Pero, una vez ya lo sufrimos y nuestra salud está en juego, estas son algunas de las medidas que podemos tomar para tratarlo y evitar lesiones dentales permanentes.
Lo primero como siempre es acudir a un profesional que nos someta a una evaluación bucodental para ofrecernos soluciones aplicadas a las causas de nuestro problema.
La solución más común a este problema es la colocación de una férula de descarga nocturna, que nos ayudará a evitar que nuestras piezas dentales se desgasten. La fisioterapia y otros métodos de relajación serán nuestros mejores aliados para complementar el tratamiento dental.
Si el desgaste ya es muy pronunciado, seguramente nuestro dentista optará por proponernos la inserción de coronas o carillas dentales.
Muy buen aporte. Gracias por compartirlo.